Lo que empezó como unas prácticas online para una asignatura de 4º de Biología ha terminado convirtiéndose en proyecto prometedor. El alumnado de la asignatura de Zoología Aplicada de la Universidad de Córdoba se ha puesto manos a la obra para analizar el comportamiento de la fauna urbana durante el confinamiento y su percepción en la sociedad.
Encuestas, recogida de datos o tomas de fotografías han sido algunas de las herramientas empleadas por la comunidad estudiantil para analizar este curioso fenómeno, en el que algunas especies han visitado temporalmente espacios que hasta el momento les habían sido vetados por la actividad humana.
Patos, pavos, jabalíes, águilas o garzas son algunos ejemplos de animales que han vuelto a visitar ecosistemas urbanos, entornos que tal vez un día habitaron y en los que ahora se dejan ver aprovechando el respiro que les ha dado el confinamiento humano.
Tomar muestras de la presencia de esta fauna, analizar sus cambios de comportamiento o su influencia en la ciudadanía son algunos de los objetivos propuestos por este grupo de estudiantes. Para ello, se han realizado diversos cuestionarios en los que la colaboración de la ciudadanía ha sido fundamental. Algunas de las encuestas han obtenido más de un millar de respuestas y los participantes han aportado imágenes tomadas desde sus propios balcones y azoteas.
Aunque a lo largo de los próximos meses se darán a conocer los resultados del trabajo, por el momento ya hay varios datos y conclusiones encima de la mesa: Casi la totalidad de la población ha tenido la percepción de que la fauna se ha acercado más y opina que ese acercamiento es positivo. Además, según algunas de las encuestas, el 80% declara haber empatizado más con las comunidades de animales durante el confinamiento.
“Nos estamos planteando la posibilidad de publicar los resultados obtenidos”, destaca el profesor de la asignatura, Alberto Redondo, que confiesa sentirse “orgulloso por el esfuerzo del alumnado” ante lo que comenzó como una pregunta para una práctica de clase.
“Probablemente uno de los elementos positivos del confinamiento ha sido el efecto que ha tenido en la naturaleza”. “En cierta manera hemos hecho las paces con ella, le hemos dado un pequeño alivio y la sociedad se ha preocupado más”, destaca el investigador, que confía en que la ciudadanía haya dado un paso hacia delante en el respecto al medio ambiente y a la diversidad. El proyecto, en cualquier caso, ha lanzado varias preguntas al aire: ¿Está el ser humano interfiriendo demasiado en la vida de ciertas especies? ¿Sus visitas repentinas advierten a la sociedad de que debe prestar más atención a su entorno?