En Europa, cada año, miles de hombres y mujeres sufren un colapso y mueren de ataques al corazón. A menudo su muerte se podría haber evitado si se hubiese realizado inmediatamente resucitación cardiopulmonar (RCP). La RCP consiste en dos acciones principales: la compresión del tórax (para hacer que la sangre fluya) y la respiración de rescate (para aportar oxígeno a los pulmones.
- La RCP puede evitar la lesión de los órganos vitales, como el cerebro y el corazón.
- En la mayoría de los casos, la RCP solo no reactivará el corazón. Sin embargo, la RCP practicada correctamente (sobre todo las compresiones torácicas), hace más probable que los intentos posteriores de desfibrilación sean efectivos.